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First step is taken when you say it

Stop overthinking everything. (Cougar Town)

Decisiones. De eso hablaba este fin de semana con una amiga. De lo especialitos que podemos ser a la hora de tomar decisiones. De cómo a veces cuesta reunir el valor de tomar una decisión que sabemos que hay que tomar, y cómo en cambio, otras decisiones absurdas o incluso contraproducentes las tomamos al vuelo, sin pensarlo dos veces.

Yo, de por sí, soy bastante indeciso. Hasta hace poco, las grandes decisiones las demoraba cuanto podía, daba vueltas y vueltas a los pros y los contras, me aferraba a cualquier excusa para mantener las cosas intactas... Hasta que el tiempo pasaba (tiene esa manía, el tiempo) y las decisiones me acababan acorralando y ya no quedaba otra opción que decidir. Dejaba que las decisiones llegasen a mí, por así decirlo. Pero de un tiempo a esta parte, consciente de que es bueno tener más iniciativa, intento "forzarme" a tener más poder de decisión. Siempre consciente de las consecuencias, claro. Se trata de encontrar un término medio entre la temeridad y la cobardía. No me va mal.

Y cuando me cuesta, de vez en cuando delego esta responsabilidad en las canciones. Un método absurdo, pero útil para gente indecisa como yo. Cada cual tiene sus supersticiones. Algunos se fijan en el color de la ropa del próximo que entre en el bar. Yo pongo mi reproductor mp3 en modo aleatorio, elijo un número, me hago mentalmente la pregunta y paso las canciones correspondientes al número elegido. La canción que suene después contiene la respuesta. Por ejemplo: la otra noche estaba a punto de coger el autobús, elucubrando sobre si me convenía volver a una discoteca por razones que no vienen al caso. Utilicé este método y saltó, cómo no, "Let's Dance" de David Bowie. La respuesta no podía ser más clara ni elocuente.

Lógicamente, con este método tan tonto (no deja de ser una versión más elaborada de tirar una moneda a cara o cruz) se corre el peligro de no obedecer a esa señal que habías pedido. Poner excusas: "Bueno, esta canción no cuenta, porque creo que he adelantado 4 canciones en vez de 5" o "Mejor paso una más, que ésta es un remix". Cuando ignoras las señales que pides suele ser porque en realidad ya habías tomado otra decisión de antemano.


Supongo que también existe el riesgo de depender demasiado de este método, pero al menos en mi caso ocurre justo al contrario, cada vez soy más decidido por mí mismo y últimamente me encuentro haciendo y diciendo cosas que antes no habría hecho ni dicho. Y no me arrepiento.  Porque en realidad, esas señales en las que uno se apoya (una canción, una frase de un libro, el color de la ropa de la próxima persona que entre en el bar, la marca del último coche del semáforo, una bola de cristal, etc) no son importantes: el valor de tomar una decisión depende de ti. Siempre. Más vale buscar ese pequeño empujón externo que quedarse agarrotado.

Los caminos se pierden cuando se ponen excusas. (Yamamoto Tsunetomo)

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2 comentarios:

Lidia dijo...

Yo, cuando ando indecisa, suelo usar el método del libro, es decir, abrilo y leer la primera frase q se me viene a los ojos (aunque tengo algunos otros). Normalmente da en el clavo. Pero estoy de acuerdo contigo, si no me gusta, pues no le hago caso o abro otra vez, por si sale otra frase q se ajuste más a lo q quiero. En el fondo, casi siempre lo sabemos, pero estos juegos ayudan a aclarar la mente y salir del bucle en el q nos metemos a veces, por pereza o esperando un milagro q aclare nuestras mentes. Anyway, he de decir, q a mi me encanta creer, y creo, en las señales del universo...

Alex Pler dijo...

El método del libro lo utilizo yo también, pero no para tomar decisiones, sino para esas situaciones que estás ansioso por una respuesta que nunca llega. Le preguntas al libro y él te responde. Al margen de que al final tenga razón o no, esa frase te da la serenidad que por ahora necesitabas...

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