Este blog se ha trasladado, buscando el nuevo blog...

Pages

10 comentarios

Stars will show where the waters flow


Algún secreto deben tener los nórdicos, que parecen dar siempre con el estribillo perfecto, la melodía más pegadiza. Roxette no tendrán la trascendencia ni la ambición de otros grupos, pero son unos genios de las melodías pop, sus juegos de voces son efectivos y ya busques baladas melodramáticas o temas alegres para darte un chute de optimismo, ellos te lo ofrecerán. No son mi grupo favorito, pero me encantan, pocos grupos pueden presumir de semejante retahíla de hits. Hoy, después de media vida deseándolo, los veré en directo, así que no hay fecha mejor para hacer otro de mis Top 13+1.


14. Things Will Never Be The Same
Cuando las cosas terminan da mucha lástima; no porque el futuro vaya a ser peor, sino porque será diferente... como también sería diferente si existera otra oportunidad más. Esta canción resume esa sensación perfectamente. Creo que pocos grupos explican las rupturas tan bien como Roxette.
If we changed it back again, things would never be the same.

13. Come Back (Before You Leave)
Vuelve antes de irte. Leyendo la letra, la canción debería ser otro baladón, pero siendo la promesa de cosas buenas por venir, es comprensible que suene alegre, desenfadada y pegadiza. Una de las joyas escondidas en "Tourism".
I haven't got room for a broken heart.

12. Listen To Your Heart
De esta desgarradora canción siempre me ha fascinado identificar quién se supone que la canta. Teóricamente la amante que se marcha, claro, pero ¿se la canta a sí misma o la canta su propia conciencia? El misterio le añade emoción. Y no falla: esos "oh-oh-oh-oh" finales me ponen la carne de gallina siempre.
The feeling of belonging to your dreams.

11. Crush On You
Me compré "Have A Nice Day" porque Roxette era uno de los grupos favoritos de mi primer amor y en una mixtape me había grabado varias canciones. Puse el CD y este temazo arrollador me golpeó en la cara. Sigo sin entender que no fuera single.
My brain is getting cock-eyed.

10. The Big L.
Roxette son especialistas en escribir canciones sobre la sensación de comerte el mundo que te da un nuevo amor. Estés enamorado o no, te contagian ese chute de optimismo y buen rollo. Ninguna es tan efectiva como ésta. A destacar el juego de voces y el momento armónica.
Waiting to catch the big one.

09. Opportunity Nox
He tenido incontables subidones con esta canción. Buena revisión de su sonido, ideal para un grandes éxitos (y más titulándose "The Pop Hits"... las nuevas canciones del "The Ballad Hits" no les salieron tan redondas).
I'm living in a box but I'm out when opportunity nox.

08. She's Got Nothing On (But The Radio)
Cuando a principios de año volvieron con este single, sonreí: conservaban aún la fórmula del pop perfecto. Lástima que el resto del disco no esté a la altura pero la canción se convirtió rápidamente en una de mis favoritas del grupo. Es de esas que cuando suenan te hacen sentir en un vídeoclip.
What she got, she got to give it to some contender.

07. How Do You Do!
Pocas canciones tienen una melodía tan pegadiza como ésta. Tonta en su justa medida pero métricamente impecable, la demostración de porqué el inglés es un idioma tan rematadamente perfecto para la música pop.
How do you do, do you do the things that you do?

06. It Must Have Been Love
Caigo en el tópico, lo sé... pero es que es tan bonita. Empezó siendo un villancico que pasó sin pena ni gloria, pero la rescataron para "Pretty Woman" y ahí descubrimos todos lo que es el final del amor. ¿Es posible no llorar escuchándola? (La versión en español no existe, gracias.)
From the moment we touched till the time had run out.

05. The Look
Clásico entre clásicos, y con razón. Ochentera y moderna al mismo tiempo. Qué percusiones, qué estrofas, qué estribillo, qué puente. Y esos "nananana". Todo, vaya.
Walking like a man, hitting like a hammer, she's a juvenile scam, never was a quitter.

04. Waiting For The Rain
Supongo que sorprenderá encontrar tan alto una canción seguramente desconocida para muchos. Para mí es la mejor balada de "Have A Nice Day", claro que influyen los recuerdos que le asocio. Granada, el primer amor. En cualquier caso, me parece mágica. Empezando por ese piano, ese toque sesentero (casi Beatles), esa melancolía que desemboca en unos coros inesperados... Preciosa.
The time stood still, the time was flying, I wonder why I'm not dying.

03. Sleeping In My Car
Creo que no hay ni un solo segundo de esta canción que no me parezca espectacular. Arranca y no da tregua, te lleva en coche al encuentro de tu pareja, el corazón te va a mil ante la promesa del sexo inminente. Puede que sea la primera vez, puede que sea una de tantas, pero ese polvo en el asiento de atrás Roxette lo convierten en algo épico.
The night is so pretty and so young.

02. June Afternoon
La canción más adecuada para alegrarte el día, cualquier día. No va de amor, no va de nada que no sea ir al parque, comprar un helado, cantar, contemplar a los demás en sus actividades insignificantes, hacer el tonto. No es fácil escribir una canción tan, tan buena sobre algo así. Roxette pueden.
Life's so very simple, just like la-la-la.

01. Stars
Emocionante y bailable a partes iguales. Electrónica, violines robóticos, coros de niños, mucha letra sobre señales y destino, y un estribillo que crece en cada repetición. Esos son los ingredientes de la mejor canción de Roxette. Y hoy quiero escucharla en directo.
And the sun will glow melting all the snow, knowing all I know that's where I'll meet you.

6 comentarios

Daniel Glattauer - Cada siete olas

Tú vives tu vida. Yo vivo mi vida. Y el resto lo vivimos juntos.


Contra el viento del norte te deja con ganas de más y por eso lógico que el autor hay decidido continuar la historia. Pero el final del primer libro era tan perfecto que por mucho que quieras saber más de Emmi y Leo, uno se pregunta si realmente era necesario. Y la respuesta es sí y no.


Sí, porque esta historia de amor epistolar se retoma de una forma original, toma rumbos inesperados. Y no, porque buena parte de lo que hacía tan especial el primer libro (esa forma sutil de tratar temas varios como los celos, el proceso de enamoramiento, la idea del otro...) aquí se pierde por completo. Cada siete olas engancha igual, se lee en apenas dos horas porque su ritmo es trepidante, pero la lectura no aporta nada más allá de descubrir qué ocurrirá con estos dos personajes.

Que está muy bien, y el libro se hace ameno, y acaba como tiene que acabar, pero ¿de verdad eran necesarias casi 270 páginas? En fin, una contradicción: ¿puede algo gustarte mucho y resultarte prescindible? Como mínimo Cada siete olas sirve para recordarnos que las cosas pueden ser mucho más sencillos pero nos empeñamos en complicarlas buscando excusas. Y como dice el Hagakure, "los caminos se pierden cuando se ponen excusas".


En definitiva: si os gustó Contra el viento del norte, tendréis que leer esta continuación, pero esperad tan sólo un epílogo algo extenso.

Cada palabra que me escribes es ahora tu olor y tu mirada y tu boca.

Verte: está bien. Verte "una vez más", verte por última vez: ¡mierda! Llevamos un año y medio viéndonos "quizá por última vez", Leo. Llevamos un año y medio despidiéndonos. Parece como si nos hubiésemos conocido con el exclusivo propósito de despedirnos.

Yo quiero lo mejor para ti. Por desgracia no se me ocurrió pensar que pudiera ser yo.

4 comentarios

Sunny day, anyday, take me to the South side

Hoy es 11/11/11 y el mundo se ha llenado de predicciones catastróficas y de deseos pedidos exactamente a las 11:11. Me incluyo: ahí estaba yo a las 11:11 de hoy, cerrando los ojos. No quieres creer, pero crees: por si acaso. No vaya a ser. Y como mínimo, es curioso haber vivido un momento en cuya fecha y hora todos los números son el 1. El primero, el comienzo.


Es cómodo dejar los momentos decisivos en manos del destino. Confiamos en las señales porque las señales nunca se equivocan. Y reconozcámoslo: a veces asusta avanzar sin guía, coger el toro por los cuernos, tomar decisiones, dar pasos. Nunca está de más tener un camino de baldosas amarillas y un mapa a mano, pero corremos el peligro de acostumbrarnos tanto a que sean los elementos externos los que nos guíen, que al final nos veamos incapaces de caminar por nosotros mismos. Simplemente nos dejaremos llevar, sin prestar atención a los márgenes del camino, llenos de detalles y bifurcaciones gloriosas

Hoy me estoy acordando mucho de estas dos citas que ya colgué en otras entradas del blog...

Te pasas toda la vida esperando a que ocurra algo, una señal, que llegue esa fecha concreta. El 11 del 11 del 11, por ejemplo. Ése día será único, por fuerza tiene que ocurrir algo. Tu vida cambiará. Seguro. Pero luego llega ese día, y no pasa nada, todo sigue igual que siempre. Así que continúas adelante, como siempre, y te inventas una nueva fecha mágica en la que depositar todas tus esperanzas.
("Gang Bang. Obert fins l'hora de l'Àngelus" de Josep Maria Miró)

Uno deja escapar el momento crucial porque cree que el ahora mismo y ese momento crucial son momentos diferentes. Ahora es el momento crucial y ese momento crucial es ahora mismo.
("Hagakure" de Yamamoto Tsunetomo)

De eso se trata: de confiar en los momentos especiales y en las señales que los marcan, pero no ciegamente sino porque somos conscientes que cualquier momento es crucial y ante cualquier señal favorable, sabremos coger el timón y viraremos hacia un nuevo rumbo. Estamos a la espera pero actuamos: las sensaciones no deben estar reñidas con los impulsos.



Hoy para 11 personas será un día especialmente afortunado, porque les tocará el premio especial de la lotería. Para todos los demás, hoy será un día tan especial como nosotros queramos que sea. A por ello, pues.

This is tomorrow
(If you miss this chance you will regret it
Not today, maybe not tomorrow)
This is tomorrow
(But soon and for the rest of your life)
("This Is Tomorrow" de Saint Etienne)

3 comentarios

Take a sad song and make it better

Te piden que digas una canción bonita y rápidamente piensas en una canción triste. Voz desgarrada, mucho arreglo de cuerda melodramático y letra sobre el desamor. ¿Por qué siempre asociamos canciones bonitas con canciones tristes? Que sí, que I Will Always Love You y Someone Like You son preciosas pero ¿por qué en estos casos no nos acordamos también de canciones sobre días soleados y vidas desbordantes de color?


Creo que nos pasa a todos. Lo he detectado en conversaciones, en foros, en redes sociales; yo intento evitarlo pero aún así me pasa a menudo. ¿Acaso no son bonitas canciones como Downtown o Brimful of Asha? Pues sí. Pero eso de "Bonito = triste" lo tenemos ya muy arraigado. Es como si hubiéramos aceptado como inevitable la belleza de las lágrimas. Parece que, para emocionarnos, las canciones tengan que tratar siempre de amores que terminan, historias que hacen llorar, días de lluvia.

Es por eso mismo que aceptamos como válidas frases dañinas en plan "Quien bien te quiere te hará llorar" o "Para amar hay que sufrir". Y no. Llorar y sufrir no son cosas positivas y no deberíamos relacionarlas con cosas que sí lo son (querer, amar, canciones bonitas). Hay que valorarse más, intentar rodearse de lo bueno, de lo que nos alegra el día a día.


Digo yo que para variar, estaría bien acordarse de vez en cuando de todas esas canciones que nos dan ganas de abrir la capota del coche y levantar los brazos, el pelo al viento, silbar, cantar a gritos, dar palmadas, disfrutar. Que ser feliz y estar vivo también son cosas bonitas.

2 comentarios

Melancholia

I smile, and I smile, and I smile.

"El fin del mundo visto por Lars Von Trier" era casi lo único que sabía de la película antes de ir a verla. Eso, y que salía Kirsten Dunst. Nunca quiero informarme mucho de las películas que me interesan. O en este caso, que al oír acerca de ellas, me encienden un pequeño destello en la intuición.


Melancholia tiene ciertos puntos en común con El Árbol de la Vida. Música grandilocuente, imágenes del espacio, mucha metáfora visual. Es igual de ambiciosa (¿pretenciosa?), pero a la hora de la verdad, tampoco es la grande película que pretende ser. Y eso que arranca muy bien. Las críticas que he leído aplauden su segunda mitad, pero yo me quedo con la primera: el prólogo lleno de sueños o premoniciones a cámara lenta, imágenes muy simbólicas, y luego el episodio de la boda de Justine (Kirsten Dunst) con Michael (Alexander Skarsgård).

Me reí mucho con todos esos personajes tan locos como carismáticos, aplaudí con los diálogos chispeantes y aluciné con ciertas escenas (¡ese revolcón en el campo de golf, por ejemplo!)... La segunda parte no me parece tan bien resuelta, aunque el minuto final es digno de todos los elogios.


Por mucho "fin del mundo" que nos vendan, ésta es una película exclusivamente intimista, y como tal hay que entenderla. Es la historia de cómo la fuerte depresión de una chica que podría tenerlo todo no sólo la lleva a desconectar de ese entorno que intenta hacerla feliz, también arrastra hacia ese pozo de pesimismo a su hermana, y a la familia de ésta.

El problema de Melancholia es que las emociones nunca acaban de emerger. Tampoco pedía un melodrama, pero sí algo más que una sucesión de imágenes impactantes (que de eso está muy bien surtida toda la película, como por ejemplo ésta de una novia sentada sobre las sillas del banquete, ya recogidas).


Nada nuevo, en fin: el poder destructor de la infelicidad, narrado sin toda la garra que podría haber tenido, pero muy bien mostrado. O quizás todo se reduce a que no pude conectar porque por suerte el comportamiento de Justine ya me parece totalmente extraterrestre. He comprendido que, como diría Albert Espinosa, "la felicidad no existe, sólo existe ser feliz cada día". Y en eso estamos.

4 comentarios

The Sound of Arrows - Voyage

Dos años y medio esperándolo y, de repente, ya está aquí el debut de The Sound of Arrows. Contiene los 4 singles que ya amábamos y otras 7 canciones que se mantienen fieles a su estilo. Ellos tenían muy claro el concepto del grupo; todos los vídeos, todas las letras, todas las fotografías, todos los sonidos forman un pack coherente. Quizá por eso se han tomado su tiempo hasta dar con ese disco redondo que habrá de definirles.


Voyage es un título certero, tanto por sus evocaciones ochenteras (época de la que beben The Sound of Arrows pero jamás como homenaje sino como característica indiscutible de su sonido) como por su temática. Las 11 canciones nos hablan de viajes a otros mundos, a otras realidades. Son odas a paraísos perdidos. Todas tienen la textura de los mejores sueños y los colores de una puesta de sol eterna.

Pero ojo: se trata de una nostalgia optimista, porque si en el pasado hubo mundos mejores, significa que podemos encontrar otro para nosotros. Ahí radica la magia. Escuchando por la calle cualquiera de las pistas del disco, tienes la sensación de que de un momento a otro alguien te cogerá de la mano y despegaréis hacia esa vida que soñaste.


Oskar Gullstrand y Stefan Storm, con la ayuda de Richard X, han cogido la melancolía bailable de grupos como Pet Shop Boys (influencia innegable en My Shadow), la épica de los paisajes sonoros de Vangelis, los atmósferas más místicas del synthpop; lo han metido todo en su batidora sueca y el resultado viene a ser la perfecta banda sonora de once secuelas de La Historia Interminable.

Difícil destacar una sola canción: no sólo todas son maravillosas, sino que una tras otra forman un conjunto sólido que conviene escuchar de principio a fin. Pero en fin, mencionaré el crescendo de casi 8 minutos de There Is Still Hope, el petardeo elegante de Conquest (y del bonus track Disappear), la voz femenina de Longest Ever Dream, los coros infantiles sobre esas percusiones militares de Ruins of Rome...


The Sound of Arrows pueden respirar tranquilos: han superado la prueba con matrícula de honor. Ojalá todas las largas esperas siempre merecieran tanto la pena como ésta. El CD se unirá pronto a mi colección de discos especiales, como los de Hurts y Empire of the Sun. Ya podéis escucharlo entero en Spotify.

2 comentarios

Weekend

Thought I heard some fireworks.

Tenía muchas ganas de ver Weekend desde que descubrí el tráiler hace unas semanas. Así que, durante mi visita a Madrid este fin de semana, no falté al estreno de la película en el marco del Festival Lesgaicinemad, que se celebra estos días en la capital. Lejos de ser uno de esos bodrios que intentan colarnos por su etiqueta y no por su calidad (algo que ocurre en cine y literatura de todo tipo, no sólo gay: "novela policíaca nórdica", "novela de vampiros adolescentes"... ¡puf!), Weekend es una película deliciosa.


Fascina no tanto por su sencillo argumento (chico conoce a chico y comparten un fin de semana destinado a ser el único que vivirán juntos) como por la habilidad a la hora de contarlo. Son los pequeños detalles los que nos van marcando la personalidad de los personajes (la elección del calzado, la chaqueta que usan, su actitud al montar en bici...). Además, toda la película está rodada con unos planos casi voyeurs y una fotografía apastelada que buscan que nos sintamos espectadores cómplices de la intimidad de la "pareja".

Al salir del cine, la definí como Before Sunrise pero con pareja de hombres, y aunque Russell y Glen no hablan tanto como Jesse y Céline, ni Weekend es tan redonda como la obra maestra de Richard Linklater, creo que la comparación es perfectamente válida. Una química entre los personajes excepcional, gestos y miradas que  van enseñándonos el proceso de enamoramiento y, sobre todo, conversaciones, muchas conversaciones sobre temas que todos nos hemos planteado alguna vez: la carga de los desengaños amorosos, la búsqueda de nuestra identidad, cómo intentamos redefinirnos mediante el sexo, la utilidad del arte, la aversión a todo lo gay por parte del público heterosexual (el mismo público que puede ir a ver exposiciones sobre violaciones o campos de concentración), el significado de las relaciones, la necesidad de un cambio de aires, la valentía en los tiempos del cólera.


Recomendadísima para todos aquellos que disfruten de una película romántica inteligente. Es de esas películas que no sólo disfrutas en el cine, sino que ganan en el recuerdo, al ir desgranando todos los detalles y diálogos. Todavía estáis a tiempo de verla en Madrid el próximo 13 de Noviembre.